¿Qué será de ell@s? Todas esas cosas que se escriben y se pierden en internet... sólo hace falta un error de cálculo al apretar un botón, o escribir mal "laclaveantirrobótica", o un pulsar distraído sobre una "x" y ya está, desaparecen para siempre. No quedan registrados en esta red que todo lo registra, lo etiqueta y lo guarda. No tenemos ni idea de hasta cuando quedarán estas palabras escritas (si no me equivoco al publicar). Uno lo puede borrar todo y sin embargo, en algún sitio se quedan almacenadas (llámalo superordenadordegoogle o llámalo Echelon), sin propietario, acaso, secuestradas, tal vez, pero permanecen. Es así por que ya han salido, existen desde el momento en que se graban.
Revisando en el editor de blogger, me doy cuenta de que hay casi tantos borradores como entradas. Es el laboratorio, el almacén de nonatos a los que le faltan los ojos, una sonrisa, una raíz o un final curvo. Algunas historias empiezan y se quedan ahí, esperando y otras tantas se quedan amnésicas perdidas, sin saber hacia dónde iban o de dónde venían. Todas, sin embargo, están ahí, guardadas, haciendo honor a ese inicio de síndrome de Diógenes que cultivo sin saberlo.
Es muy posible que todo esto nos sobreviva y que acabe siendo como un mensaje en una botella. Alguien, tal vez, nos lea cuando ya nos hayamos olvidado de lo que dijimos o pensamos creer y que, como restos de ADN, puedan recomponer algún tipo de pensamiento o cáracter del que escribe. Uno no es consciente de esto porque de ser así, no escribiría muchas cosas de las que escribe, bien por pudor o bien por maquillar loquenoquieroquesesepademi. El que escribe cambia, los que le rodean cambian también y da la impresión de que llevamos algo inmutable, que hay algo dentro de nosotros que permanece inmutable y a eso nos agarramos, eso somos, además de cambio. Me pregunto si entre todo lo que escribimos, eso queda de alguna manera. Si uno logra... no sé, dejar algo de ese "ser inalterable". ¿Para qué?, puede uno pensar... y uno no sabe responder, pero el caso es que escribe y deja testimonio y firma y dice "hey! estoy aquí". Quizá por eso escribe en un medio atemporal que sólo hace que crecer (como el Universo, mira tú por donde).
Las ideas que se escapan, los textos que se borran, son las posibilidades que tal vez otro aproveche un día. Estoy convencido de que no nos necesitan para existir, ellas ya existen desde hace mucho y sólo hacemos de receptores, las tomamos, las vestimos y fingimos que son nuestras (como los hijos, mira tú por donde). Uno viene como un libro en blanco y ellas nos adoptan, viven con nosotros y nos hacen soñar (o vivir, que no lo tengo muy claro).