Quizá la figura del saboteador pueda ser una de las más mezquinas y bajas que uno se pueda encontrar en la viña del señor. El que tira la piedra y esconde la mano, mientras señala y denuncia a otro con cara de "¿porquéletiraspiedrasaestabuenapersona?".
Habitualmente el saboteador merodea en grupos sociales controlados y cerrados. Su motivación es la destrucción para conseguir un objetivo que envidia o para esconder algo propio perjudicial, aunque también los hay que ingenuamente piensan que a río revuelto, ganancia de pescadores... o sea, que pueden sacar tajada.
Los ambientes laborales son propicios para este infame personaje. Los hay que se muestran abiertamente y son los menos dañinos, a éstos, se les llama normalmente "pelotas". Los peligrosos son los que llevan un doble juego. A éstos, sólo se les pilla mediante un cebo más o menos elaborado y suele conllevar una ardua tarea de contrainformación. Lo importante es no caer en la paranoia y pensar que todo el mundo quiere joderle a uno, por que de ese modo uno queda alienado y el aire se vicia.
Otro espécimen a tener en cuenta es el saboteador sentimental. A éste se le conoce con el nombre de "buitre" y suele actuar cuando una relación pasa un mal momento para obtener un polvo morboso. Suele pensar de esta manera que ha triunfado donde el otro fracasa y así alimenta su ego. Realmente no quiere todo lo que implica una relación, no quiere lo menos bueno o lo malo, él sólo está para quedarse con lo bueno y desaparecer antes de que venga lo no tan bueno. Por lo tanto, podríamos postular que su beneficio es temporal y no le importan un pimiento las consecuencias de lo que deje tras de sí. La gran diferencia con respecto al primer espécimen es que, a pesar de que a éste también se le pueda descubrir, uno no puede hacer nada por evitar su acción. Transcurre en una realidad paralela donde uno sólo puede esperar (aquí la lucha es sólo esperanza) o abandonar.
Últimamente, desde que la crisis está haciéndose sentir tanto, los medios de información no dejan escapar la oportunidad de repetir ese manido proverbio oriental de que la crisis no es algo malo, si no algo bueno para quien la sabe aprovechar. Si uno se pone a pensar, lo único que saca en conclusión es que le están invitando a hacer leña del árbol caído, a robar o a sabotear a sus iguales, por que claro está, uno no va a sacar provecho de los bancos o de los señores que toman las decisiones.
Me entristecen las crisis, son algo terrible, pero lo que más me entristece es que justo cuando estamos jodidos hayan saboteadores que las acompañen y destruyan y rompan... por suerte, el karma está ahí y como alguien dijo una vez "usted morirá en su nave espacial" y además solo y además preguntándose por qué le van mal las cosas, cuando su propio karma le atrapa...
Arrieritos somos.
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