No sé cómo será en vuestros planetas pero aquí, donde vivo, el tema de los cracks está a la orden del día. Te puedes cansar de oír historias rocambolescas y de película, de vidas de genios que lo tienen todo, por que nacieron para tenerlo todo y que viven vidas estupendísimas alcanzando y superando barreras más allá de lo imaginable. Genios de la informática, finanzas, arquitectura, diseño, etc, etc, que en estos tiempos de crisis, son figuras, modelos a los que seguir y adorar. "Sí, es que era un puto-crack y claro, está trabajando para xxxx en Malaysia, por que claro, tiene cuatro o cinco idiomas y gana un pastón" o "como fue número uno de su promoción, empezó a trabajar en xxxx y ahora es consultor y vive entre Whashintong y Nueva Zelanda, ganando una pasta increíble". A uno cuando le cuentan esas cosas dice: "pues mira que bien"; y cuando le dicen que el "puto-crack" tiene la edad de uno, o menos, a uno le da qué pensar, por que claro uno no es un puto-crack... y ni siquiera llega crack. Tal vez falten los idiomas, la pasión por algo, la inteligencia, el tesón, los pocos escrúpulos o la ambición. Sí, falta todo eso. Aún así, si uno tuviera toooodo eso, también tendría que forrarse para llegar a ser crack, por que, por supuesto, en esta sociedad tan estupendísima capitalista que tenemos, todo se acaba midiendo en dinero.
He notado, también últimamente, que incluso hay dos o tres programas en la T.V. que van de mostrar la vida de ric@s, o casas de ric@s. Me hace pensar que de repente tengan tanto éxito o demanda, ahora que precisamente la crisis todo lo devora. ¿Ésas vidas tan estupendísimas, llenas de lujo y despilfarro que roza la obscenidad, se han de convertir en lo que debemos anhelar, desear y tomar como modelo?. Tengo miedo. Miedo de no saber ver dónde se encuentra el equilibrio, de perderme y dejarme arrastrar por esas "máquinas-ocultas-de-generar-necesidades". No recuerdo quién, pero alguien dijo que: no es más rico quien más tiene, si no el que menos necesita. Tengo miedo de olvidarme de eso, de dejarme lavar el cerebro y pensar que como no cumplo ningún requisito de crack, voy a empezar a sentirme más pequeño y lo que hago menos importante.
Empiezo a sospechar que nos han tendido una trampa. Una en la que te miden constantemente y en la cual siempre llegas por los pelos al aprobado. No sé quien construye la escala de medir (sospecho que lobbys que quieren estrujar más a "la masa" no ilustrada), pero me parece que son los mismos que se están cargando a un clase social que no está arriba ni abajo y que sostiene a unos y a otros.
El otro día, uno que mide con esa vara, me dijo "¿no te gustan los retos?" y sigo respondiendo lo mismo: "Sí, pero no los que tu quieres que lo sean para mí". De verdad, que llegados a este punto, no sé si odiarlos o envidiarlos. Quizá, con un poco de suerte, consiga alegrarme tanto por ellos, como por mí.
Buenas noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario