domingo, 3 de mayo de 2009

Ítaca


Volver a Ítaca no fue volver, querido Ulises. Como dice el tango, volver con la frente marchita, después de un año, diez o veinte, es recordar, es la bofetada, el aire que duele dentro y las ganas de irse. Los que volvimos (bien lo sabes) no lo hicimos por que nos fuimos a por tabaco, esperando que todo quedara igual, inmóvil, como en una fotografía. Los que nos fuimos dejamos algo nuestro y sí, lo perdimos. Nosotros ya cambiamos en el camino, nosotros no somos los mismos y "volver" se convierte en un viaje a ninguna parte, a una idea que no existe y que dejó de existir en el mismo momento que nació la idea del "viaje". En realidad, Homero quiso hacer una historia redonda, con inicio y fin en el mismo punto... pero él sabía que los viajes (voluntarios o no), que los cambios (queridos o no), son historias con forma de espiral. 

Ulises creía que quería volver y cuando lo hizo, se equivocó. Y... sí, murió de viejo, como dijo Homero, pero lo que ocultó, lo que nunca dijo, es que todos los días de su larga vida se sentó sobre la misma piedra y miró con tristeza el mar infinito.

1 comentario:

  1. ...porque volver no siempre significa volver al mismo punto, si no que todo está en movimiento, en cambio constante...y lo que antes echabas de menos, ésa sensación, ésos recuerdos sólo se conservan intactos en nuestra mente...la realidad es doblemente cruel...

    ResponderEliminar