sábado, 25 de julio de 2009

Saltos


Qué cosa adelantar la pérdida. Como decidir que ver una matrícula que suma trece nos va a desgraciar el día o pensar que uno no se va a curar de lo que sea que le hayan diagnosticado. Darlo por cierto, asumirlo y precipitarse. Navaja de Occam que diría alguno. Si todo fuera así, uno sólo viviría del pasado, de lo vivido. Sacaría su regla de medir (cada vez con más divisiones y más inalterable que el "metro" famoso de iridio), su mazo de juez suicida y diría: -Esto es así- o -Esto será asá-. Como si esto que vivimos, no tuviera más remedio que acabar, acabar así o acabar asá. O como si esto fuera consecuencia de aquello o aquello sucederá por que ahora sucede esto. Falacia, como diría Lopack (Post hoc ergo propter hoc). Falacia y de la buena. Pensar así, sentir así, se parece demasiado a esas maquinitas que habían antes en los recreativos. Esas que tenían bandejas llenas de monedas y que parecían todas a punto de caer por que metiéramos una más. Pero nunca caían. Falacia. La vida puede resultar muy cómoda y dura y triste, de esa manera. Tampoco digo que uno sea un ferviente creyente, ni un flower power. No. Tampoco es eso. Pero sí que tiene que ver con la Fe, por llamarlo de alguna manera. El dejarse ir y creer. Confiar, supongo. Confiar lleva (algo camuflada y con disimulo) la palabra Fe dentro. Justo en medio. Embarazada de Fe. Con-fe.
No pierdo la perspectiva. Ya sé que todo lo que empieza tiene la manía (y el acierto) de acabar. Lo que importa es lo que hacemos con eso. Hasta dónde nos lleva, cómo nos transforma, cómo crecemos y qué somos capaces de dar o de recibir. Ahí reside la Fe y también la voluntad. El querer creer, que es el primer paso para poder creer.
Un día decidí que yo era agnóstico. Creo en algo, pero no sé ponerle cara, ni nombre. Creo en esa Fuerza (como bien sabe el maestro Yoda). El motor. Hace años pensaba que el motor que lo movía todo era únicamente la voluntad, por que todo tenía voluntad (personas, animales, vegetales, minerales, nubes, planetas, universos...) . Ahora empiezo a comprender que la voluntad es importante pero no suficiente. Como Agilulfo (el caballero inexistente, del cuento de Calvino), pensaba que sólo con querer existir era suficiente, pero no había caído en que Agilulfo acaba desapareciendo. Supongo que no entendí el cuento. La armadura sin caballero que todo lo hacía bien y mejor que los demás, se quedó sin motivo para seguir existiendo. Le faltó Fe (en su caso amor, que es lo mismo). Le faltó el salto al vacío.
A veces pierdo el hilo. Es bonito soñar con las cosas bonitas, con los futuros que uno quiere. Es difícil saber lo que uno quiere, pero cuando lo concreta, lo visualiza, lo empieza a vivir, es demasiado sencillo empezar a creer ciegamente en eso. Tampoco es la solución y menos cuando lo que uno quiere no depende enteramente de uno (menos mal). No es la solución por que uno no consigue todo lo que quiere (aunque a veces encuentre lo que necesita). Así que creer se convierte en un estado, en una burbuja sin contornos definidos que vamos haciendo girar en el aire con nuestra fuerza de voluntad. Hoy es hoy y mañana también es hoy (y no por que sea lo mismo). Ayer es lo que ya sabemos y ahí se queda (como el libro de Calvino, en la estantería) por si algún día lo necesitamos. Uno tiene en su mano decidir si lo usa o se arriesga.
El funambulista está en el cable. Calibrando, equilibrando entre la ganancia y la pérdida. El que salta (por que se acaba saltando) cree que hay red allá abajo y mientras, con su mejor sonrisa, gira y da piruetas imposibles por que quiere y por que sabe que no habrá otro momento mejor para hacerlo.

1 comentario:

  1. La vida se teje a golpes de deseos,el mejor indicio de que estamos vivos.Cada deseo,cada cumbre,lleva impreso en su existencia su inevitable declive.
    "Las cebras no tienen úlceras"dice Robert Saposlky,se mueven por instinto,y nosotros,los llamados humanos,nos empeñamos en viajar en el tiempo,a presentir,a temer,a desear,es el precio que tenemos que pagar por nuestra maravillosa y desbordante imaginación,sacamos billetes de ida al futuro,a veces con fé y a veces sin ella.
    Joder,a veces me gustaría ser cebra¡¡¡

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