martes, 22 de septiembre de 2009

Per aspera ad astra


Resulta que para el 2020 o el 2030 (tampoco he prestado mucha atención) un asteroide se acercará "peligrosamente" a la Tierra. O sea, que hay un 99,98% de posibilidades de que ni siquiera se acerque, pero como la sociedad-moderna es tan hipocondriaca y propensa a las catástrofes y además, nos encanta el fin del mundo, pues eso, que se acerca peligrosamente. Nada nuevo en los cielos que Paco Rabanne no hubiera temido hace unos añitos. Lo curioso, por lo menos, lo que a mi me parece curioso (y como este es mi blog, pues lo digo) es que desde nuestra querida Españiiiia se ha empezado a desarrollar un proyecto, de nombre clave "Quijote" (podía haber sido peor y haberse llamado "Torero") que está destinado a estudiar y analizar estos asteroides por si acaban convirtiéndose en meteoritos. (Quisiera hacer notar que la RAE no saca de dudas sobre este punto (se lo podrían currar un poquito), pero después de investigar un poquito parece que la diferencia entre asteroide y meteorito es la misma que hay entre pez y pescado).
Total, que el proyecto Quijote consta de dos sondas. Una, que supongo larga y flacucha se llamará Hidalgo y la otra, que imagino pequeña y rechoncha, Sancho. Lógicamente y como no puede ser de otra manera, Hidalgo se estrellará en el asteroide y Sancho analizará los resultados que se producen, para saber si hace falta que Bruce Willis suba con sus superblack&decker a hacer añicos la piedra malvada. No quisiera decir yo que los ingenieros aeroespaciales españoles tengan poco ingenio, pero resulta tan obvio todo que no sé si hace mucha falta que desarrollen ese proyecto. Sí, sí, ya sé que la sondas podrían haberse llamado Torero y capote, Julián Muñoz y Pantoja, Mortadelo y Filemón o Peineta y Castañuela (personalmente me gustan más estos últimos por el final abierto que prometen) pero al final parece que se han decantado por lo previsible de la historia y el fatal desenlace. En resumen, que el nombre de los proyectos dicen mucho de ellos y de su final y que... bueno, al fin y al cabo que usen un nombre como Hidalgo, pues mira, tampoco está tan mal. Al final en el escudo nobiliario podríamos hacer un huequecito e incluir un cohete, que glamour tiene un rato.

1 comentario:

  1. Yo es que siempre que leo cosas como estas no puedo evitar ponerme a hurgar, porque me gusta eso de andar ahí mirando bases de datos (que, a fin de cuentas y aunque en otra base de datos, es lo que debería estar haciendo ahora, que para eso me pagan). Lo genial de los asteroides es que quien más y quien menos puede tener las mismas herramientas que los alarmistas para su consulta.

    Por ejemplo, por qué no, la Nasa.

    Hurgando he mirado cuáles son los pedruscos que dice que pasarán cerquita entre el 2020 y el 2030. Al que debe referirse a quien le hayas leído dar la alarma debe ser a un cacho de piedra que se llama 99942 Apophis, que el 13 de abril de 2029 pasará, como poco, a 36.000 km por encima de nuestras cabezas, y que ni siquiera es un gran trozo de roca.

    Pero yo creo que está bien desarrollar programas como ese, se llamen como se llamen las navecitas. A fin de cuentas el cielo está lleno de piedras y a largo plazo fijo que se nos viene una encima.

    Y en fin, yo a lo que venía era a aplaudir esa definición de asteroide y meteorito como pez y pescado, que me ha parecido sublime, ja ja.

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